¿Qué es el anumerismo?

      “El anumerismo, o incapacidad de manejar cómodamente los conceptos fundamentales de número y azar, atormentan a demasiados ciudadanos que, en lo demás, pueden ser perfectamente instruidos. Las mismas personas que se encogen de miedo cuando se desconoce quién escribió El Quijote, o de cuál es la capital de USA, reaccionan sin el menor asomo de turbación ante la burrada matemática más grande.

       Me viene a la memoria un caso que viví en cierta ocasión, en una reunión, donde alguien estaba soltando una perorata monótona sobre la diferencia entre constantemente y continuamente. Más tarde, durante la misma velada, estábamos viendo las noticias de TV, y el hombre del tiempo dijo que la probabilidad de que lloviera el sábado era del 50% y también era del 50% para el domingo, de donde mi amigo concluyó que la probabilidad de que lloviera el fin de semana es del 100%.
     Mi amigo y supuesto gramático ni se inmutó lo más mínimo cuando le hube explicado dónde estaba su error, no se indignó tanto, ni mucho menos; sin embargo se enervó cuando el hombre del tiempo usó un vulgarismo.
     A menudo se presume de analfabetismo matemático, contrariamente a lo que se hace con otros defectos que se ocultan. Decir “soy una persona corriente, no una persona de números”, o “las mates siempre fueron mi punto débil” o la archiconocida excusa de "soy de letras", está al orden del día en las personas que estudiaron (y no asimilaron) los conceptos básicos de Matemáticas en el colegio.
     Este travieso enorgullecerse de la propia ignorancia matemática se debe, en parte, a que sus consecuencias no suelen ser tan evidentes como las de otras incapacidades.

     […] Una consecuencia del anumerismo es su conexión con la creencia en la seudociencia. En nuestra sociedad tecnificada, en la que puede acceder a la cultura fácilmente que incrementen a diario nuestra comprensión del mundo, resulta especialmente lamentable que una parte importante de la población adulta crea aún en las cartas del Tarot, en la comunicación mediumínica, el los horóscopos, en los OVNIs o en las bolas de cristal.
Peor aún es el gran vacío que separa las valoraciones que hacen los científicos sobre determinados riesgos y la inquietud que éstos despiertan en la mayoría de la gente, vacío que a la larga nos puede producir, bien una ansiedad paralizante e infundada, bien unas demandas de seguridad absoluta económicamente inviables. Los políticos rara vez sirven de ayuda en este aspecto, por cuanto trafican con la opinión pública y están poco dispuestos a aclarar los probables riesgos y concesiones que conlleva cualquier política”

Jhon Allen Paulos

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